Asturias
La Ruta de la Plata, principal eje de comunicación del oeste peninsular desde la época romana hasta la actualidad, fue rescatada en tiempos recientes como reclamo turístico, incluyendo las ciudades asturianas de Oviedo y Gijón, entre otras, en su recorrido final hacia el norte. A pesar de lo delicado que resulta considerar el tramo entre Astorga y Gijón parte de la Vía de la Plata propiamente dicha, ciertamente, Gijón fue incorporado a las vías de comunicación romanas como destacado puerto marítimo de la cornisa cantábrica y salida más cercana al mar del nudo estratégico de Astorga, a su vez, capital administrativa de aquellos tiempos.
Fueron tres las vías romanas que concluyeron en Gijón, dos de ellas con fines belicistas, La Mesa yLa Carisa, construidas por las tropas romanas coetáneas del emperador Augusto, impulsor de la Vía de la Plata, que penetraron en Asturias por largos cordales internándose hasta el centro regional facilitando el acceso al puerto de Gijón y evitando las emboscadas en los fondos de los valles; y la vía de Pajares, transitada, más tarde, con fines pacíficos y comerciales, que unió la vía que desde Astorga, por el puerto de Pajares y la villa Memorana, llegaba a Lugo de Llanera (Lucus Asturum).
La Vía de Pajares se adentra en el Principado de Asturias, casi en línea recta, al encuentro con el Mar Cantábrico en el puerto de Gijón. En su primer tramo asalta el bastión de la Cordillera Cantábrica a través del mítico Puerto de Pajares, antaño franqueado penosamente a pié por arrieros y peregrinos y en carro entrado el siglo de las luces, hasta que el vapor permitió su tránsito a través de la línea de Ferrocarril León-Gijón inaugurada en 1884. Una obra faraónica de 74 túneles que deleita al viajero con la sinuosa Rampa de Pajares y el impresionante paisaje de montaña, bosques y pendientes pronunciadas.
Con las Ubiñas a la espalda se presenta el territorio de las Cuencas Mineras, en el corazón de la región asturiana, con un intrincado paisaje de valles y sierras, enmarcado al sur por el macizo central de la Cordillera Cantábrica, al que una intensa actividad minera y siderometalúrgica ha legado un notable patrimonio histórico industrial, formado por bocaminas y planos inclinados de la antigua minería de montaña, chimeneas, escombreras, pozos mineros de extracción vertical con sus castilletes, salas de máquinas, lampisterías y casas aseo. De entre los numerosos pozos que salpican las Cuencas destacan el Pozo San Luis del valle del Samuño y los Pozos Polio y Santa Bárbara del Valle de Turón, recogidos en el registro DOCOMOMO. Ambos valles referentes indiscutibles del paisaje minero. También destaca la vivienda obrera promovida en ocasiones por los patronos de las empresas, como el Barrio Urquijo de La Felguera patrocinado por Duro y, el Poblado Minero de Bustiello en Mieres, por el II Marqués de Comillas, y cuyo modelo más generalizado fue el de los cuarteles como los de Repipe y La Cuadriella en el valle de Turón.
El Archivo Histórico de la Minería Asturiana recoge los testimonios documentales de la actividad que transformó el paisaje de las Cuencas Mineras, y el Museo de la Minería y la Industria del Entrego refleja el brillante pasado industrial, y recrea las galerías y talleres de una mina de carbón para el disfrute de sus visitantes. A su vez, reúne piezas de la industria química asentada en Langreo de la que aún se conservan las ruinas de la Sociedad Ibérica del Nitrógeno, un conjunto planeado bajo el concepto de arquitectura-máquina.
El Archivo Histórico de la Minería Asturiana recoge los testimonios documentales de la actividad que transformó el paisaje de las Cuencas Mineras, y el Museo de la Minería y la Industria del Entrego refleja el brillante pasado industrial, y recrea las galerías y talleres de una mina de carbón para el disfrute de sus visitantes. A su vez, reúne piezas de la industria química asentada en Langreo de la que aún se conservan las ruinas de la Sociedad Ibérica del Nitrógeno, un conjunto planeado bajo el concepto de arquitectura-máquina.
A través del valle del Caudal pasando por Pola de Lena, Ujo, donde se unía la Vía de la Carisa, y Mieres del Camino, la vieja vía romana de Pajares llegaba a las inmediacionesOviedo. La ciudad ovetense fundada en el medioevo se convirtió desde su establecimiento en nudo estratégico de los caminos reales regionales como capital del reino astur y centro de las peregrinaciones jacobeas que desviaban sus pasos a San Salvador. Recuerdan este pasado glorioso los monumentos prerrománicos y la catedral.
De la temprana industrialización asturiana, se mantienen la Fábrica de Armas de Trubiade 1797, que supuso el primer intento de sustituir el carbón vegetal por el mineral como combustible y generó el asentamiento del pueblo de Trubia al calor del centro fabril, a partir de los pabellones proletarios de Junigro; y la Fábrica de Armas de Oviedo de 1858, ubicada en el antiguo monasterio benedictino de Santa María de La Vega. Recogidos en el registro del Movimiento Moderno se conserva los restos de la Fábrica de Gas un conjunto cuya instalación se remonta a la década de 1830 y la fábrica de la Compañía Asturiana de Bebidas Gaseosas cuyo arquitecto fue Enrique Rodríguez Bustelo. Los demás componentes de de la periferi fabril se adentraron en los concejos de Llanera y Siero, como Cerámicas Guisasola.
Desde Oviedo la antigua vía romana de Pajares se dirigía a Gijón pasando por las cercanías de Lugo de Llanera donde debió situarse Lucus Asturum. Gijón ofreció al imperio de Augusto una de las mejores radas del Cantábrico, hoy es una cuidad turística con múltiples ofertas culturales y de ocio, en la que puede disfrutarse de su notable patrimonio histórico-artístico, natural e industrial, cuyo mejor símbolo es la escultura de Chillida erigida en el cerro de Santa Catalina El Elogio del Horizonte.
La fundación de Gijón se remonta a al siglo V a. de C., de época romana aún conserva los restos arqueológicos de la Campa Torres y las Termas de Campo Valdés.
Está dotada de numerosos centros museísticos, para los que se han reutilizado equipamientos de gran valor histórico como el Centro Cultural del Antiguo Instituto, el Palacio de los Jove-Huergo sede del Museo Barjola, el Museo del Ferrocarril en la antigua estación del Norte (1873), el Palacio de Revillagigedo, Centro de Exposiciones la rehabilitación de la antigua factoría de Cristasa en vivero de empresas, el Centro de Estampación Artística en la antigua litografía Viña, LABoral Centro de Arte y Creación Industrial un centro expositivo específicamente dedicado al arte, la ciencia, la tecnología y las industrias visuales y el Jardín Botánico sobre la decimonónica finca de de recreo del industrial Florencio Valdés, La Isla.
Gijón se convirtió en el mayor complejo industrial portuario de la región con la construcción del puerto El Musel comenzada en 1893 y el asentamiento de la industria naval, representada por la empresa Juliana Constructora Gijonesa (1911). Para acoger a la población obrera se levantan en el interior de las manzanas las ciudadelas, de las que hoy puede visitarse la Ciudadela de Capua (1877) convertida en Museo. El carbón también tuvo representación en el espectro industrial en el yacimiento hullero de La Camocha en 1935.
Autora: Belén Tornero